Poda de formación: Se aplica a los árboles en estado juvenil, a los que se les quiere corregir problemas de estructura o para guiar el fuste (tronco) principal.
Poda de realce: Consiste en la eliminación de las ramas inferiores hasta cierta altura, primero garantizando la estructura del árbol y permitiendo el paso de vehículos y peatones.
Poda de aclareo: Corresponde al corte de ramas y follaje (conjunto de ramas) que afectan el desarrollo del árbol. Este tipo de poda permite la circulación del aire y la entrada de luz al interior de la copa.
Poda de estructura: Se aplica a los individuos arbóreos con condición de inclinación o que presentan copas con crecimiento irregular y desproporcionado, buscando siempre el equilibrio y la minimización del riesgo de caída o fractura de ramas.
Poda de limpieza: Se refiere a la eliminación de ramas muertas, secas o con problemas de desarrollo.
Poda de mejoramiento: Poda integral realizada en árboles que presentan varias condiciones físicas conjuntas (inclinación, frondosidad y ramas pendulares) que no facilitan su desarrollo.
Importante:
La actividad de poda de árboles cuenta con supervisión permanente de ingenieros forestales que lideran los equipos de trabajo, así como de personal operativo con formación y experiencia especifica en la labor. De igual forma, cada labor se realiza con equipos, maquinaria y protocolos de seguridad especializados para garantizar que no se generen afectaciones en el arbolado, el equipo de trabajo y la comunidad aledaña.
Dentro de las medidas de seguridad se tienen establecidas:
- Cerramiento con cinta, conos y señalización informativa de la actividad
- Valla informativa de la labor.